martes, 26 de marzo de 2013

La prima e vera Primavera

Hoy. Hoy sí.
Ni el equinoccio, ni la publicidad de una conocida empresa aparentemente anglosajona... ¡Ni siquiera los almendros en flor!
La primavera comienza oficialmente el día que Don Pecas sale de su crisálida tras un fuerte estornudo y Cía. intenta darle caza al tiempo que esquiva la moquita que cae imprevisible. En el logro está su propio renacimiento.
Ese día, y no otro, se nota que el aire huele distinto (bueno... con la alergia, Don Pecas no lo huele, pero lo siente igual), la sangre es bombeada con más fuerza (venas y arterias se convierten en montañas rusas), se guarda la ropa de felpa con el convencimiento de no volverla a necesitar hasta el próximo otoño (¡error!) y, sin saber por qué, apetece un helado de dulce de leche y limón (tamaño mediano como mínimo dado que, en la heladería del pueblo, el pequeño sólo incluye un sabor).
Así llega la primavera.
Bienvenida sea.
¡Achís!

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